Infecciones

Las infecciones vaginales son problemas frecuentes en las mujeres y pueden estar causadas por diversos factores, como bacterias, hongos, virus o protozoos.


El diagnóstico suele realizarse mediante un examen ginecológico, frotis para análisis microscópico y pruebas especiales para identificar bacterias, hongos o virus. Si se sospecha de infecciones de transmisión sexual como herpes, VPH, clamidia, gonococos, sífilis (Lues) o VIH, se realizan pruebas de laboratorio adicionales. El tratamiento depende de la causa y puede incluir antifúngicos, antibióticos, antivirales u otras terapias específicas. El diagnóstico precoz es importante, ya que las infecciones no tratadas pueden provocar complicaciones como dolor crónico, infertilidad o un mayor riesgo de infección. Como medida preventiva, se recomienda una buena higiene íntima, llevar ropa interior de algodón, evitar los productos perfumados y el uso sistemático de preservativos durante las relaciones sexuales.


Micosis vaginal (infección por hongos)

Las infecciones por hongos suelen estar causadas por hongos del género Candida. Si existe un desequilibrio en la flora vaginal, estos hongos pueden multiplicarse rápidamente. Los síntomas típicos son picor, ardor, flujo blanquecino y grumoso y dolor al orinar. Los factores desencadenantes pueden ser la terapia con antibióticos, los cambios hormonales, la diabetes, el embarazo o un sistema inmunitario debilitado. El tratamiento suele consistir en antimicóticos en forma de cremas o comprimidos.


Vaginosis bacteriana

Esta infección está causada por un desequilibrio de la flora bacteriana natural. Los signos típicos son un olor desagradable a pescado, secreciones finas, picor o ardor. Los factores de riesgo son una higiene íntima excesiva, relaciones sexuales sin protección o cambios hormonales. El tratamiento consiste en antibióticos, generalmente en forma de cremas o comprimidos vaginales.


Tricomoniasis

La tricomoniasis es una infección de transmisión sexual causada por el parásito Trichomonas vaginalis. Los síntomas son flujo espumoso de color verde amarillento, picor, ardor y dolor durante las relaciones sexuales. El tratamiento se lleva a cabo con antibióticos especiales.


Herpes genital

El herpes está causado por el virus del herpes simple (VHS). Los síntomas típicos son ampollas dolorosas en la zona genital que revientan y dejan pequeñas úlceras. La infección avanza por fases y permanece en el organismo de por vida. Los medicamentos antivirales, como el aciclovir, pueden reducir la duración y la gravedad de los síntomas.


VPH (virus del papiloma humano)

El VPH es una de las infecciones de transmisión sexual más comunes. Algunos tipos de VPH causan verrugas genitales, otros pueden provocar cambios celulares en el cuello uterino, lo que supone un riesgo de cáncer de cuello uterino. El cribado se realiza mediante citologías y pruebas de detección del VPH. La vacunación ofrece una protección eficaz contra los tipos de VPH más peligrosos.


Clamidia

Las infecciones por clamidia suelen ser asintomáticas, pero pueden provocar inflamación de las trompas de Falopio e infertilidad si no se tratan. Si aparecen síntomas, son típicos la secreción, el dolor al orinar o el dolor abdominal bajo. El tratamiento es con antibióticos y es importante el tratamiento en pareja.


Gonorrea (gonococos)

Esta infección está causada por Neisseria gonorrhoeae. Los síntomas son secreción purulenta, sensación de quemazón al orinar y dolor en el bajo vientre. En este caso también es necesario un tratamiento con antibióticos y tratar a la pareja.


Sífilis (Lues)

La sífilis está causada por la bacteria Treponema pallidum. La enfermedad progresa en varias fases y puede causar graves daños orgánicos si no se trata. En las primeras fases es típica la aparición de una úlcera indolora en la zona genital. El tratamiento es con penicilina.


VIH

El virus de la inmunodeficiencia humana debilita el sistema inmunitario y puede provocar el SIDA si no se trata. La infección se transmite por contacto sanguíneo y sexual. Todavía no es posible la curación, pero la terapia antirretrovírica de por vida previene la aparición del SIDA y permite llevar una vida normal.


Ulcus molle (Haemophilus ducreyi)

El ulcus molle, también conocido como "chancro blando", es una infección de transmisión sexual causada por la bacteria Haemophilus ducreyi. Tras un periodo de incubación de entre 3 y 7 días, aparecen pequeñas pápulas dolorosas en el lugar de entrada, que se abren rápidamente y se convierten en úlceras blandas y dolorosas de bordes irregulares. A menudo también se produce una inflamación dolorosa de los ganglios linfáticos inguinales (bubones), que pueden ulcerarse y formar abscesos.



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